jueves, 9 de octubre de 2014

Pele



   Pele, la Gran Diosa de los Volcanes, es hija de Kane Milohai y Haumea. Se conoce como "Aquella que da forma a las tierras sagradas", es la señora y maestra del fuego, el relámpago, el enojo, la seducción, la danza, los volcanes y la violencia.

   Fue de las primeras en visitar Hawai, perseguida por su hermana mayor Na-maka-o-kana’i, quien estaba muy enfadada con ella porque había seducido a su marido. En primer lugar, Pele llegó a Kaua’i. Pero cada vez que intentaba cavar un foso para construirse un hogar, llegaba su hermana, la Diosa del Agua y de los mares, y se lo inundaba. Así que Pele fue viajando por las diversas islas hasta que llegó a Mauna Loa, que está considerada la montaña más alta de la tierra si la mides desde su base en fondo del océano. Ni siquiera su hermana, la implacable Diosa de los Mares, pudo llegar hasta allí así que Pele decidió instalarse.
   Entonces invitó a sus hermanos y consagró colinas a su nombre. Destaca la montaña de Kilauea, que fue consagrada a su hermanito Ka-moho-ali’i, el Rey de los Tiburones y el guardian de la calabaza que contenía el agua de la vida, que le daba el poder de revivir a los muertos. De entre todas las hermanas, Pele favoreció a su hermana pequeña Hi’iaka, que era su favorita. Se dice que Hi’iaka nació de un huevo que Pele incubó manteniéndolo debajo de su axila mientras viajaba en canoa hacia Hawai.

   Mientras vagaba por la isla en forma de espíritu, Pele se manifestó con la forma de una actractiva y joven mujer y rápidamente se enamoró de un apuesto joven llamado Lohi’au. Permanecieron juntos varios días pero su espíritu debía volver a su cuerpo durmiente, así que cuando despertó le pidió a Hi’iaka que convenciera a Lohi’au para ir hacia ella. Las hermanas intercambiaron promesas: Hi’iaka prometió no seducir a Lohi’au en caso de resultarle atractivo y en cambio Pele mantendría alejada la lava del bosquecillo de árboles ohi’a donde Hi’iaka acostumbraba bailar con su amiga humana Hopoe (que le enseñó todo sobre el hula).
   Entonces Hi’iaka descubrió que Lohi’au había muerto de pena al haberse marchado Pele, pero pudo restablecer su espíritu en su cuerpo y le devolvió a la vida. De inmediato se pusieron en marcha hacia donde se encontraba Pele, pero ésta, celosa y sospechando una infidelidad, entró en cólera. Habían pasado cuarenta días desde que Hi’iaka se había ido, así que Pele se sintió traicionada y lanzó una corriente de lava hacia el bosquecillo de Hopoe, consiguiendo matarla a ella también. Cuando Hi’iaka contempló que todo se había quemado y vió a su amiga enterrada en lava, se lanzó a los brazos de Lohi’au como venganza. Pele lanzó otra oleada de lava, que mató a su amante, pero no a la Diosa (pues no puede ser destruida).
   La historia en sí tiene un final feliz, pues otro de los hermanos, Kane-milo-hai, alcanzó el espíritu de Lohi’au mientras flotaba cerca de su canoa y lo restauró en el cuerpo del joven, volviéndolo a la vida una vez más. Pele, arrepentida por el daño que había causado, le dijo a Lohi’au que eligiera con quién quería quedarse y que él eligió a Hi’iaka, así que ella lo dejó volver a Kaua’i donde vivió muy feliz junto a su amada Hi’iaka.

   Podemos pensar en Pele cuando necesitamos fuerza y pasión, protección, creatividad y la habilidad de deshacernos de lo que ya no tiene una función en nuestras vidas.
   Pele está asociada a la energía femenina divina, combinando la belleza de la mujer con fuerza interna, dignidad y poder divino. De esta manera nos recuerda que la mujer no es un ser sumiso, frágil o indefenso sino un ser creativo, fuerte y valiente.

   Los fuegos de Pele dan a luz a nuevas islas Hawaianas, por eso se la considera una Diosa Madre. Es la encarnación del poder creativo divino que es parte de todos nosotros y con el  cual tenemos que estar siempre conectados. Así como los fuegos de Pele crean las islas de Hawaii a través de la actividad volcánica, nuestra fuerza creativa es responsable de crear y dar forma a nuestra vida a través de nuestros pensamientos, palabras, emociones, creencias, intenciones e imaginación.
   Asociada a los volcanes se la relaciona a la fuerza de destrucción, pero es en realidad la acción de limpiar todo aquello que ya no sirve. Es una fuerza creativa, creando y formando tierra, destruyendo lo viejo y formando al fundación para lo nuevo. Si lo aplicamos a nuestras vidas, podemos usar nuestro poder interno para clarificar y purificar todo aquello que no necesitamos, para dar espacio a nuevas experiencias, relaciones, sensaciones. En cada uno de nosotros existe el fuego de Pele que nos ayuda a regenerarnos en todos los niveles: espiritual, físico, emocional y mental.

   El poder del fuego es el regalo de Pele. El elemento del fuego trae energía la cual se trasforma en motivación, energía física, fuerza para manifestar. Al mismo tiempo nos ayuda a trasmutar y limpiar energía estancada y vieja, a energizar nuestro cuerpo, mente y alma. Nos recuerda de usar nuestro fuego interno sabiamente, y de forma balanceada.

   La esencia de Pele nos sirve para recordarnos de nuestra conexión con el universo y su energía divina e infinita. Cuando honramos ésta relación, nos nutrimos de energía vital y podemos vivir con propósito y pasión. Con su pasión ella nos recuerda que cada uno tiene un talento único y nos ayuda a reconocer el mismo y a expresarlo estimulando nuestra energía creativa, y motivándonos a llevar una vida plena.










Fuente

3 comentarios:

  1. Son super apasionantes las aventuras amorosas de Pele, es fuego puro, ama tanto que su calor quema

    ResponderBorrar
  2. Me gustan mucho los volcanes pero, esta Deidad Hawaiana es protectora de los volcanes de Hawaii guau

    ResponderBorrar
  3. Me gustan mucho los volcanes pero, esta Deidad Hawaiana es protectora de los volcanes de Hawaii guau

    ResponderBorrar